LEMNISCATA

Un hombre escuálido sueña con frecuencia que es un personaje de leyenda: un guerrero hercúleo provisto de una sólida maza con la que hundir cráneos. Este guerrero lidera las huestes de un caudillo. Un día, después de una batalla, el fornido guerrero se da cuenta de que realmente no sabe quién es su caudillo. ¿Cómo ha podido vivir tanto tiempo en la ignorancia? Horriblemente perturbado, ensilla el caballo y parte rumbo a la fortaleza del caudillo, en la cual encuentra a un hombre escuálido, postrado en el lecho imperial. ¿Súbita animadversión o ejercicio de oportunismo? El guerrero propina un seco mazazo al cráneo del escuálido caudillo.
El nuevo caudillo sueña todas las noches que es un hombrecillo escuálido, que dedica sus miserables energías a forjar una conspiración en la sombra.

APUNTES PARA EL DECÁLOGO DEL ILUSO

Si te olvidas de la realidad, la realidad se olvidará de ti.

DE CÓMO SE ROMPEN LAS COSAS

Estoy varado en la plataforma del tren, junto a la puerta. Sostengo en la mano una maleta.
No sé si entro o salgo.
Dudo con una duda flácida, desleída, y que sin embargo es cuanto ocupa mi mente. Será falta de coraje.
Froto mi frente con el pañuelo blanco de la vacilación.
¿Y si me equivoco?
Si bajo los escalones de hierro y dirijo un Hola, por muy inefusivo que sea, a aquellos que ya han recibido de mí un Adiós.
¡Qué apabullamiento!
Si me adentro en el tren y desde el angosto pasillo agito una mano para decir Adiós a aquellos que de mí esperan un efusivo Hola.
¡Qué desquiciamiento!
Ay, ay…
Vuelvo a frotar mi frente con la tupida franela de la incertidumbre.
No sé si voy o vengo, si vengo o voy.
Y podemos estar así una eternidad.
Y es que todo esto no es ninguna menudencia.
Estamos hablando, nada más y nada menos, acerca de si el mundo debe girar en un sentido u otro.

Los soñadores